El deseo de los clientes era reinventar los anexos de la planta baja, aprovechando la gran apertura al jardín.
Con la ayuda de composiciones geométricas, queríamos que el edificio hablase por sí mismo. La elección y el diseño del mobiliario siguen este pensamiento.
Para "invitar al jardín a entrar", creamos un gran techo de cristal en la parte trasera de la casa. Gracias a él, el salón está completamente bañado de luz. Estos marcos negros ofrecen vistas al exterior.
El comedor está compuesto por una magnífica mesa de mármol, que descansa sobre una alfombra hecha a medida, diseñada por ISABEL GÓMEZ STUDIO. Los dibujos de la alfombra desafían la circularidad del proyecto. Alrededor de esta mesa, la diversidad de materiales que componen las sillas, el aplique y la lámpara de suspensión confieren calidez a este espacio.
Para la distribución de la cocina, todas las elecciones revelan la voluntad de crear un lugar para compartir integrando elementos únicos y creativos. La isla central, cuya forma refleja el espíritu del proyecto, está revestida de motivos coloridos.
También se ha creado una zona de despacho. Permitir a los ocupantes trabajar frente a un exterior verde es una ventaja. Para no crear un espacio aislado, unos biombos recuerdan el planteamiento del proyecto y una puerta corredera de cristal estriado hace que este espacio sea más íntimo. Hay un deseo de apoyar la verticalidad, a través de diferentes percepciones visuales.
En este proyecto, queremos crear paradojas para romper los códigos: ya sea a través de la forma de esta casa, este bloque unitario, que contrasta con la finura de las curvas, o a través de la asociación de diferentes materiales: la calidez de la madera contrasta con la frialdad del mármol. Esta cohabitación de materiales se enmarca en las composiciones geométricas del proyecto y se integra perfectamente en la casa.
El deseo de los clientes era reinventar los anexos de la planta baja, aprovechando la gran apertura al jardín.
Con la ayuda de composiciones geométricas, queríamos que el edificio hablase por sí mismo. La elección y el diseño del mobiliario siguen este pensamiento.
Para "invitar al jardín a entrar", creamos un gran techo de cristal en la parte trasera de la casa. Gracias a él, el salón está completamente bañado de luz. Estos marcos negros ofrecen vistas al exterior.
El comedor está compuesto por una magnífica mesa de mármol, que descansa sobre una alfombra hecha a medida, diseñada por ISABEL GÓMEZ STUDIO. Los dibujos de la alfombra desafían la circularidad del proyecto. Alrededor de esta mesa, la diversidad de materiales que componen las sillas, el aplique y la lámpara de suspensión confieren calidez a este espacio.
Para la distribución de la cocina, todas las elecciones revelan la voluntad de crear un lugar para compartir integrando elementos únicos y creativos. La isla central, cuya forma refleja el espíritu del proyecto, está revestida de motivos coloridos.
También se ha creado una zona de despacho. Permitir a los ocupantes trabajar frente a un exterior verde es una ventaja. Para no crear un espacio aislado, unos biombos recuerdan el planteamiento del proyecto y una puerta corredera de cristal estriado hace que este espacio sea más íntimo. Hay un deseo de apoyar la verticalidad, a través de diferentes percepciones visuales.
En este proyecto, queremos crear paradojas para romper los códigos: ya sea a través de la forma de esta casa, este bloque unitario, que contrasta con la finura de las curvas, o a través de la asociación de diferentes materiales: la calidez de la madera contrasta con la frialdad del mármol. Esta cohabitación de materiales se enmarca en las composiciones geométricas del proyecto y se integra perfectamente en la casa.